Jueves, 19 de Abril de 2007

Mosquitos silvestres: zumban, pican y se reproducen rápido

Andan por todos lados revoloteando y zumbando, picándonos -alimentándose al fin y al cabo, mientras vuelan entre furiosos aplausos. Los mosquitos silvestres se adueñaron de la Ciudad. Dicen los que saben que irán desapareciendo cuando no llueva durante un tiempo suficientemente largo. Pero el Gobierno porteño salió a fumigar, por las dudas.

Los mosquitos andan por todos lados revoloteando y zumbando, picándonos a todos mientras vuelan entre aplausos y esquivan cachetadas y objetos diversos. Los diminutos insoportables se mueven impunes por el aire hasta encontrar donde comer, algunos hasta hartarse. Muchos de estos glotones, más lentos y pesados, son aplastados, antes que por nuestra mano, por nuestra desesperación, dejando un recuerdo carmesí imborrable sobre la ropa, las paredes, los cortinados y otras superficies, donde restos de estos bichitos permanecen estampados por doquier. Sugestivos arreglos ornamentales que luego nos recordarán su paso por las pampas porteñas.

Claro que los malditos no nacieron de un repollo. Las lluvias, especialmente cuando cae en gran cantidad -como la acaecida durante el día martes pasado-, sumado a las temperaturas y humedad de estos días tienen como consecuencia directa un aumento en la población de mosquitos silvestres. Se trata del mismo mosquito presente en la Ciudad desde hace un mes, el Ochlerotatus Albifasciatus. Las precipitaciones intensas dieron lugar a la saturación de agua en el suelo formando charcos donde el mosquito deposita sus larvas.

Dicen los que saben que los mosquitos desaparecerán cuando cesen las lluvias durante el suficiente tiempo como para permitir que se sequen los charcos. Por eso se recomienda tener cuidado con las piletas de natación, descuidadas desde el fin del verano, ya que son grandes criaderos que afectan a muchas manzanas a la redonda. Y esta recomendación no debería desatenderse.

Si usted quiere sacarse las dudas, pruebe con hacer el siguiente experimento. Busque una pizzera o recipiente similar y colóquelo sobre el piso en algún rincón de la casa donde no lo alcancen las mascotas, y llénelo con no más que un centímetro de agua. Si ese agua no se toca durante unos días, los mosquitos que ya hay dentro de la vivienda se encargarán de agradecer su gesto criando a sus hijitos allí. Se asombrará de la cantidad de larvas que pueden surgir... ¿de la nada? ¿Qué me cuenta? ¡Una provisión asegurada de picaduras dentro del propio hogar sin tener que molestarse en salir al jardín o al patio!.

Y hablando de eso, la Subsecretaría de Política y Gestión Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente porteño salió al ruedo nuevamente y está fumigando los espacios verdes, grandes parques, muchos sectores de la vía pública y cementerios. Son esos tipos que andan con una tobera tirando "humo blanco" por aquí y por allá. Se lo aclaro para que no piense que son apicultores... aunque usted ya debe saber que no hay colmenares en la vía pública.

Hernando Mankus

Fuente: VillaLugano.com.ar