Buenos Aires, Martes 15 de Febrero de 2005 - Editorial
por Hernando Mankus

La basura de la Ciudad de Buenos Aires es un problema serio que necesita una solución seria

Ya es hora de que la Ciudad de Buenos Aires se ponga los pantalones largos y encare una solución seria, vale decir moderna y ecológica, para el tratamiento de los residuos domiciliarios, antes de que nuestro ecosistema nos pase de golpe todas las facturas juntas.

Cuántas veces usted, yo, mi vecino, el suyo, hicimos una montañita de hojas y otras yerbas y le prendimos fuego. Claro, si un poco de humito no molesta a nadie. Al fin y al cabo, cada vez que se arma un asadito hay sucede más o menos eso.

Pero la cosa cambia cuando se junta la basura de toda una ciudad como la nuestra -la basura de sólo de un día- y se le prende fuego por la noche. Esa era la vieja quema. El humito se convertía en una nube contaminante que nos cubría a diario. Y no era simple hojarasca la que se incineraba, como tampoco era simple humito el que se producía, sino una nube cuya toxicidad dependía de qué se quemaba ese día.

Un día, la quema se eliminó. El aire se aclaró, -no del todo, todavía quedaba el parque automotor- y surgió el dilema: ¿qué hacer entonces con la creciente cantidad de residuos que generaba la ciudad?. La idea genial surgió como un rayo: el relleno sanitario.

Se adujeron ventajas urbanísticas, se justificó con argumentos técnicos, se mencionaron "exitosas" experiencias en otras latitudes, y finalmente se implementó -a gran escala- ¡el viejo truco de meter la tierrita bajo la alfombra!. La alfombra de que le hablo es esa delgada capa de material orgánico y vivo -de la cual formamos parte usted y yo- que recubre nuestro planeta, o si usted quiere, nuestra patria.

La tierrita bajo la alfombra, ese viejo truco, ya no funciona. Crece el número de municipios que no aceptan que les traigan la basura de la "reina del plata". Alberti, Dolores, General Alvear...

Y viene a cuento una canción de Serrat que decía más o menos así: "...y para no ensuciar, van a cag... a casa de otra gente...". No se refería a los porteños, ¡pero la letra nos calza tan bien!. No se ofenda, don, doña. Es que nuestros gobernantes quieren hacer precisamente eso. Llevar toda la roña del área metropolitana hacia áreas menos densamente pobladas a cambio de un "cánon".

Pero la gente -no los políticos- está poniendo el grito en el cielo. Quieren respeto. Y tienen razón. ¿Qué sentido tiene cobrar un poco de dinero para cavar la propia fosa, o en el mejor de los casos, la de sus propios hijos?. Porque la basura sin procesar es -lisa y llanamente- una bomba de tiempo. Contaminación de napas, contaminación del paisaje, mal olor, más y más contaminación.

Para convencer a la gente, las autoridades dirán que realizarán un control de emisión de gases, y un control de exudados, y un control de esto y de aquello. Como argentinos, tenemos una laaaaarga experiencia en la materia, que indica que el "control del estado" es algo que no abunda en nuestra Argentina. Por acción, omisión o coima. Usted elija.

Este es, como se puede ver, un problema serio. Y requiere una solución seria. Los residuos domiciliarios deben ser procesados, recuperando lo reciclable y no biodegradable, tratando los contaminantes y pasivándolos en la medida de lo posible. También involucra repensar la metodología de recolección y la deposición discriminada por parte de los ciudadanos.

En el área metropolitana (que forman la ciudad de Buenos Aires y el conurbano) se generan hoy unas 12.000 toneladas diarias de residuos. Y ya se percibe la desesperación de las autoridades debido a que los rellenos sanitarios existentes muy pronto deberán cerrarse, y no hay otros municipios (léase vecinos, no políticos) dispuestos a recibir en su territorio tamaña cantidad de polución.

A menos que se haga por decreto. Eso sí, si es de "necesidad y urgencia", mejor. La alternativa es llevar la basura mucho más lejos. ¿A La Pampa, tal vez?. Como sea, la solución va a ser cara. ¿Quién pagará el transporte? ¡Adivinó! Usted y yo. Y lamentablemente, ni siquiera se puede pensar en utilizar el sistema ferroviario, cuyo flete es mucho más barato que utilizando camiones. ¿Cuál sistema ferroviario, me pregunta Ud.? Ese que se llevaron puesto en los '90. Ese que integraba geográficamente nuestra nación. Pero ese es otro tema.