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Es una tarde espectacular del mes de febrero de 2003. Iniciamos nuestra recorrida en la Av. Roca, a la altura de Cañada de Gómez, y enfilamos para el Barrio Savio caminando por la bicisenda. Estamos a siete cuadras de la General Paz. |
| Hicimos escala bajo el arbolito que se ve al fondo, arriba, y bajo su sombra miramos atrás la extensa bicisenda que corría hacia la General Paz, ahora a unas ocho cuadras y media de distancia. |
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Con cuidado cruzamos la Avenida para caminar junto a la Plaza Democracia, que tenía el pasto recién cortado y donde se lucía, entre otros, un Palo Borracho de flores rosadas. (Estos terrenos, hace no mucho tiempo atrás estaban cercados y su frondosa arboleda de eucaliptos |
| no podía ser disfrutada más que por empleados de Parques y Paseos de la Ciudad). LLegando al fin de este predio verde emergen imponentes las primeras moles de cemento del Barrio General Savio, donde se cortarían -si pudieran- Cafayate y Avenida Roca. (ver mapa) |
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Caminamos junto a los edificios por la calle Eduardo Racedo señalizada para circular hacia nosotros, aunque casi nos pisan de atrás, a contramano. Llegamos así hasta Soldado de la Frontera, la avenida que divide al barrio en dos.
Esta avenida está cruzada más o menos |
| cada 100 metros por puentes peatonales que unen las galerías comerciales abiertas ubicadas en el primer piso de los edificios. Subimos al primer puente y vemos hacia la Av. Roca, uno de los puntos de acceso para los colectivos. |
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