Para quienes sienten a Villa Lugano con el alma, los versos llenos de recuerdos que encontrarán en las siguientes páginas seguramente les calará muy hondo.
El autor, Clemente Dedela, vivió en Lugano durante su infancia y adolescencia, allá por los años 50. Ni bien se asomaba a la juventud, y en busca de aventuras, una buena propuesta laboral lo llevó a emigrar a los Estados Unidos, donde aún reside.
Lleno de añoranzas, Clemente no se quedó con las ganas y visitó el barrio varias veces en los últimos años. Lo cierto es que el tiempo, ese implacable maestro y hechizero, no hizo más que confirmarle que Lugano late más fuerte que nunca en su corazón. |