A un siglo de la creación del Primer Aeródromo de Argentina, en Villa Lugano
El Centro de Gestión y Participación Comunal N° 8 anunció la realización del acto en celebración del Centenario de la inauguración del primer Aeródromo del país, en Villa Lugano, cuna de la aviación civil y militar. Dicho evento se realizará el día martes 23 de marzo de 2010, a las 10 de la mañana, en la Plazoleta Aeronáutica Argentina, ubicada en la intersección de las avenidas Cruz y Larrazábal de Villa Lugano.
Un poco de historia
En 1910, la Comisión de Festejos del Centenario, solicitó al Aeroclub Argentino la organización de un festival de aviación, para lo cual debería contarse con un aeródromo. La elección del terreno, recae en una propiedad de la firma Fiorito Hermanos, en el bajo Lugano, sobre el llamado Valle del Riachuelo.
En ese lugar no había calles, Larrazábal era sólo una huella, Tellier (hoy Lisandro de la Torre) era la división entre dos quintas, paralelo al Riachuelo existía un camino de tierra que unía Puente Alsina con Puente de la Noria, hoy es la Avenida Coronel Roca.
Desde 1901 existía una línea de tranvías a vapor que circulaba entre Rivadavia y Lacarra y el nuevo matadero, que pasaba también por Lugano. En 1903 Ricardo Seeber instala otra, entre el Riachuelo y los Mataderos, y ambas se fusionaron en 1906.
Los límites del campo de aviación, sobre la base de una aerofotografía tomada en diciembre de 1936, se pueden fijar entre las calles Chilavert, Murguiondo, Madariaga y Lisandro de la Torre. Actualmente, en este lugar se alzan los edificios del Barrio General Savio (Lugano I y II).
El campo tenía un perímetro aproximado de 2 000 metros y contaba con ocho galpones de madera y chapas, que servían de hangares, alojamiento de personal y taller, tribunas de dos cuadras de largo para los espectadores, provisión de agua por medio de un molino y una bomba, señalización reglamentaria y perfecta nivelación del terreno.
El aeródromo fue inaugurado oficialmente el 23 de marzo de 1910 con un vuelo de Emilio Eugenio Aubrun, que da comienzo a la llamada "Quincena de la Aviación". El público se mostró entusiasmado con aquellos vuelos y deslumbrado ante los Voisin, Farman y Bleriots, aviones que alcanzaban la fantástica velocidad de 60 kilómetros por hora.
En los talleres existentes en el aeródromo, el constructor francés Paul Castaibert fabricó los primeros aviones con materiales nacionales, que también fueron vendidos a otros países, por lo que la industria luganense trascendió hace ya un siglo la fronteras de la Argentina.