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Publicado: Dom Feb 02, 2025 9:09 pm Título del mensaje: taller de poesia y narrativa Caballito 2025 |
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Una noche estaba tan borracho que
habiendome levantado una mina
la acompañè a su coche o automòvil o como se llame
en medio de la noche
en medio de la media noche y la media luna menstrua
y me sentè en la vereda y me puse a vomitar litros y hectolitros
de todo el alcohol que me habìa tomado en un dichoso cumpleaños unas horas antes
y cuya ùnica bebida era toda clase de alcoholes que tuve el mal tino de mezclar
en una melange siniestra que me hizo vomitar y vomitar
peor que el sonado caso
del famoso lazarillo de tormes
cuyo patròn o ciego trompa como se sabe le metiò los dedos hasta el fondo de la garganta
en bùsqueda de un objeto presuntamente hurtado por dicho lazarillo
y mientras vomitaba como un condenado vi còmo la dama en cuestiòn se subìa a su carro
y se alejaba en la noche
y una vez escribì un poema al respecto que mi difunto padre leyò y no le gustò nada
era un remedo bukowskyano presuntamente
y tampoco le gustò que arrojò toda una carpeta de poemas similares
al tacho de la basura
junto con libros de poemas de Mayakovski (editorial Losada)
y un broli de Anatole France (Premio Nobel)
y asì
la segunda vez que vomitè en exceso no me habìa alcoholizado
sino que simplemente discutì con una directora de escuela nocturna
vaga u ominosamente catòlica y cripto fascista
que forreaba y basureaba a algunos alumnos y docentes
de distintas maneras que no vienen al caso
o sì: entraba subrepticiamente en medio de una clase
so pretexto de observar
y criticaba arbitrariamente al docente delante de los alumnos
de mala manera:
baste esto como ejemplo, botòn y muestra
de manera, que me dio un pico de presiòn
y comenzè a vomitar en un tacho de basura
hasta llenarlo por completo
para sorpresa y disgusto de la tal directora
secretario y preceptores
en una ambulancia me llevaron a un hospital
no sin antes darme una pastilla
me recostè en una camilla
y al rato me sentì mejor
y me fui caminando por las calles solitarias y nocturnas
hacia mi hogar agridulce
la tercera vez que vomitè a màs no poder
fue en un MacDonalds
una tarde: me cayò pèsimo una tarta de verdura llena de aceite
que habìa cocinado mi padre en una sartèn:
de pronto sentì una nà useas existenciales o sartreanas
y salì corriendo rumbo al baño
vomitando con tales estruendos y enchastrando todo el inodoro
de una forma que el seguridad se asomò por la puerta para contemplar aquel desastre
y al salir yo ni tuve la cortesìa de preguntarme còmo me sentìa o algo por el estilo:
seguramente no formaba eso parte de su trabajo
como privada seguridad
debo haber vomitado otras veces en mi vida
pero no las recuerdo demasiado
como las anteriores
habiendo alcohol de por medio o no
siempre borracho ebrio de vida poesìa noche y besos
de bellas señoritas endiablada o increiblemente
hermosas
al punto tal que me parecìa mentira que pudieran existir criaturas tan bellas
o tan llenas de luz o que eran
pura luz
realmente, valìa la pena haber nacido y vivido
para tan solo admirar tanta admirable belleza
aunque por momentos
densamente intolerable
felizmente fulmìnea |
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