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				 Publicado: Dom Mar 03, 2024 12:09 am    Título del mensaje: Poemas conceptuales   Si tomara una direcciòn tendrìa 30 ho | 
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				Poemas conceptuales
 
 
 
Si tomara una direcciòn tendrìa
 
30 horas en un solo lugar y no tendrìa que estar yendo de acà
 
para allà, a las corridas, por temor a llegar tarde.
 
 
 
Recuerdo la època en que fui adolescente, joven,
 
y vendìa objetos por las calles: era libre como un ave
 
o asì lo creìa
 
y entraba a los comercios para conocer gente 
 
sumamente interesante.
 
 
Poderosamente me llamaban la atenciòn
 
los escaparates, las vidrieras, las bellas vendedoras:
 
una en especial, no sè por què, me obsequiaba libros de Neruda
 
(Losada obviamente)
 
en la esquina de El Maestro y Rivadavia: hoy hay un cafè al que
 
nunca he ido, ni siquiera he entrado.
 
 
Actualmente, en cambio, las personas parecen saber mucho, ostentan
 
sus pobres conocimientos, olvidan la Muerte
 
al final del callejòn, esa boca de lobo los atrapa
 
irremediablemente.
 
 
Ella, la Muerte, los espera en todas partes, es 
 
extremadamente paciente, como ella sola puede serlo, ellos
 
mientras tanto, exhiben sus pobrecitos, sus paupèrrimos y
 
ruinosos saberes jurìdicos, jurisprudenciales.
 
 
No obstante, la vida sigue su afortunada rueda, o no tanto:
 
los puentes, recientemente construidos, se caen en pedazos
 
barridos por las aguas desencadenadas, el viento, la lava.
 
 
Yo entraba en los negocios, procurando vender
 
ciertas determinadas mercancìas
 
que no vienen al caso: làmparas, espejos varios, repuestos diversos, accesorios
 
de todo tipo: cheques me daban, billetes, caminaba y miraba
 
 
pero mi mirada estaba atrapada por la lògica mercantil
 
que como un pulpo asesino nos desgarra entre sus 8 tentàculos
 
como el Kraken de Victor Hugò en
 
Los trabajadores del mar
 
Arlt mediante, Rand mediante.
 
 
Milei es un loco pero ahora tiene el poder
 
ergo, puede permitirse 
 
el lujo de la locura.
 
 
Hitleriano y anarco libertario, todo a un mismo tiempo,
 
se permite presidencialmente
 
toda clase de gestos màs o menos crispados
 
propios de una pseudo estètica nazi solapada
 
insidiosamente anarquista
 
aunque de àcrata no tiene
 
absolutamente nada, pero ha expropiado el tèrmino
 
"libertario".
 
 
Yo vendìa toda clase de cosas mediante corretaje
 
en especial, extinguidores de incendio, recuerdo, por ejemplo,
 
que vendìa con una facilidad extraordinaria realmente
 
que a mì mismo, incluso, me sorprendìa
 
gratamente.
 
 
Me sentaba en las confiterìas, muy cerca de la caja registradora
 
a leer el diario, pero con el objetivo real de vender
 
y extrañamente lo lograba.
 
 
Dejaba la lectura o el baile de lado
 
y a cargar los putos matafuegos
 
lo cual llevaba un cierto tiempo porque habìa que ir a 
 
la fàbrica, tomar el subte, el premetro (una especie de tranvìa,
 
por Soldati) ir, volver y la p... que te pariò. Pero aquello ciertamente
 
 
me daba de comer, me permitìa 
 
parar la olla, pagarme la facultad, porque estudiaba Letras
 
en la UBA.
 
 
Sì, estudiaba Letras, y recitaba las Aguafuertes porteñas de
 
Roberto Arlt, de memoria, es decir, de corazòn
 
para escarmiento de los acadèmicos
 
sin pena ni gloria
 
 
que vendìan sus libros indirectamente
 
pues los ponìan como bibliografìa obligatoria: increible pero real.
 
 
Asì pasaron los años, se me fue blanqueando el pelo, el rebenque de la vida
 
me ha golpeado sin cesar, sin Cèsar, sin zar del clima
 
o de las finanzas.
 
 
Un dìa dejè el corretaje, terminè la carrera de Letras y
 
mientras estaba orinando en el baño de una escuela, me dije
 
premonitoriamente: finalmente, Gastòn, te han atrapado.
 
 
Y era cierto.
 
Totalmente.
 
Absolutamente. | 
			 
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